domingo, 17 de abril de 2011

Grupo humano

Los entrenadores de fútbol siempre tienden a usar los tópicos de manera exagerada. Forman parte de la rueda de prensa diaria y sólo algunos dicen realmente lo que piensan (y curiosamente son los más castigados y vilipendiados). Por eso, cuando escucho eso de "tenemos un buen grupo humano y esa es la clave del éxito", tiendo a ponerlo en cuarentena. O más bien tendía, porque en algunos casos es verdad.

Ayer puse fin al reportaje 'Las entrañas del fútbol modesto', un intenso documental que sacará a relucir la ingente cantidad de problemas que tiene un club de Preferente. Quiero dejar claro que elegí el Atlético Calañas como 'conejillo de indias' para el reportaje porque es un fiel reflejo de otros muchos equipos de la provincia, aunque elevado a la máxima potencia. Para empezar, es el segundo pueblo más grande de Huelva cuyo campo aún es de albero (el primero es Beas, pero está en Primera Regional). Además, es un club sin cantera y en el que los jugadores no cobran. ¿Cómo fichan jugadores si no tiene nada que ofrecerles? Pues ahí entra lo del grupo humano.

He pasado con ellos prácticamente un mes y lo cierto es que me he sentido como uno más. Nunca nadie me miró por encima del hombro, ni me dijo nada ofensivo, sino más bien al contrario. Todos valoran positivamente el hecho que los haya elegido a ellos como parte del reportaje. Por eso, Cristóbal, Benito, Gaspart, Manuel María, Alexanco (esos locos que hacen posible que siga habiendo fútbol en su pueblo) han demostrado un gran cariño hacia mí que será impagable por muy bueno que sea el producto final del documental. Roque, Francisco, Jesús Mora, Chico, Alfredo, Fran, Pablo, Patri, Ramón, Terre, Abraham, Paco Alamillo, Juan Antonio, Pepe, Juanje, Cañita, Dani, Héctor, Cristian, José Manuel y Polo (espero que no se me olvide nadie) son como una familia. El hecho de haber conseguido firmar la mejor temporada histórica del club deja constancia de que eso se consigue no sólo con fútbol, sino que siempre se necesita algo más.

Ahora solo falta que yo rinda donde realmente debo desenvolverme bien y eso es como periodista y no por las cercanías del área. Al Atlético Calañas sólo le puedo decir, gracias.