Cinco minutos –el tiempo que he pasado riéndome- es lo que he tardado en ponerme delante del ordenador a escribir tras leer las hilarantes declaraciones de Hristo Stoichkov en las que dice que “el Dream Team de el Barça era mejor que el Madrid de Di Stéfano”. Eso es lo que publica en su biografía –aunque dudo que lo haya escrito él. Es más, dudo que sepa escribir- el ex delantero búlgaro del Barcelona. Y me río, o más bien me parto la caja como se dice ahora, no por la comparativa futbolera, que hasta en cierto sentido podría llevar razón, sino por el nombre de Dream Team otorgado gratuitamente al Barcelona de principio de los años 90.
Entiendo que la coexistencia en el tiempo entre el conjunto azulgrana y el único y genuino mejor equipo del mundo de todos los tiempos, sea un argumento más para otorgar la nomenclatura de Dream Team al Barça. Y objetivamente, ¿merece el título de equipo de ensueño uno que ganó tres de sus cuatro Ligas en el último partido y una Copa de Europa ante la ‘todopoderosa’ Sampdoria? ¿O por el contrario ese título debería recaer sólo y exclusivamente en el equipo formado por Jordan, Magic, Bird y compañía que se impuso en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 ganando sus partidos por un margen superior a los 30 puntos? ¿Alguien tiene dudas? Yo no.
Hay que ser consecuente con lo que se escribe y no lo digo por Stoichkov sino por la prensa catalana encargada de engalanar al Barça con un traje que le viene demasiado grande. No pongo en duda la excelsa calidad que mostró el conjunto de Cruyff durante la década de los 90, pero no veo al Dream Team (al único) perdiendo por más de 30 puntos un partido como en fútbol sí que hizo el equipo azulgrana en Santander (5-0) o en el Santiago Bernabéu (5-0).
Los Phoenix Suns, sin ir más lejos, son el equipo que mejor baloncesto han hecho en los últimos años en la NBA y nadie se ha planteado la posibilidad, ni por asomo de llamarles el nuevo Dream Team. Es más, el equipo estadounidense que participó en los Juegos Olímpicos de Pekín tampoco puede compararse al de Barcelona 92.
Respeto la decisión del que quiera opinar y seguir llamando al Barcelona de Romario, Laudrup, Bakero, Stoichkov o Koeman el Dream Team, pero sepan que yo les rebatiré todos y cada uno de sus argumentos, porque no creo que un equipo de ensueño, al menos el que tengo en mente, pierda partidos.
