lunes, 17 de enero de 2011

Éste no soy yo


Hoy no es un buen día. Por nada en particular, pero no estoy centrado. En mi cabeza aún rebota lo que pudo ser y no fue. Y escuece. Lo mejor es no darle más vueltas y pensar en un futuro mejor, ya que peor es ¿imposible?

La ley de Murphy hace estragos, como casi siempre. Y no sólo porque la tostada vuelve a caer del lado de la mantequilla (estoy a dieta y he dejado el pan), sino porque todo lo que puede salir mal, acaba saliendo mal.

No encuentro el momento de pasar página, de pensar que todo ha sido un error. He traicionado a los que creían en mí e incluso en cierto modo me he traicionado a mí mismo. Y duele. Miro el reloj pero éste se empeña en pasar cada vez más despacio. Me planteo la posibilidad de que esté parado o de que incluso vaya hacia detrás. Se me hace raro.

La comida me sabe a todo menos a comida. Mi actitud cambia e incluso me vuelvo un poco más transparente para el resto de las personas. Dejo de ser yo. Me he convertido por momentos en el tipo de persona que odio. Y no es por nada en particular aunque sí por todo en general. Me cuesta un mundo hasta mirarme a la cara frente al espejo. Pero lo hago y me pregunto, ¿qué me pasa? Hoy no encuentro la respuesta. Por eso, sólo me queda cerrar los ojos y pensar en que mañana será otro día. ¿Mejor? Seguro. Peor es imposible.