Pero no son los únicos animales que hace años que no veo. ¿Qué fue de los bichitos de luz? Tanto preocuparnos por el lince ibérico, pero estoy convencido de que los bichitos de luz están en peligro de extinción. ¿Y las pelotillas? Sí, esos bichos que caminaban de forma normal y cuando intentabas cogerlos se hacían una pelota. Ahora que pienso en mi infancia me acuerdo de las lúas. Quien no las conozca son la especie de hormigas con alas que servían para poner las trampas para pájaros. ¡Qué tiempos aquellos! Aún recuerdo cuando era joven y me marchaba con mis amigos a poner la red y la liria. Todo eso se está perdiendo.
Pero hay más cosas que se están perdiendo y casi ni nos damos cuenta. ¿Nadie se acuerda del pedacito de cerámica en forma cuadrada que servía para poner los huevos duros? Ikea tiene miles de cacharros para una cocina pero puedes llevarte días buscando esa pedacito de cerámica que no lo encuentras.
Pero no es lo único. También echo de menos esa pieza metálica que tu madre tenía encima de la mesita de noche y que servía para sujetar la estampita de San Pancracio. Y ahora que lo recuerdo. ¿Qué fue de los romis? Los cuartos de baño se ven casi desnudos sin ese mueble tan socorrido que ya pertenece a rincón de los muebles olvidados. Yo lo tengo claro, pon un romi en tu vida.
El tema de los cuartos de baño me daría para un post pero sólo me detendré en el nombre. ¿Por qué cuarto de baño, si de las veces que entramos a lo largo del día, rara vez nos bañamos? Como muchos nos duchamos. Reflexión absurda: Está claro que el champú de coco sirve para la cabeza, pero ¿y el champú de huevo?
Hay más cosas que me generan ciertas inquietudes sobre todo en las nuevas tecnologías. Ahora apenas vamos al cine y eso que han puesto una versión en 3d que hace las delicias de cualquiera (tienen hasta sonido dolby sin runrún). Sin embargo, hace años disfrutábamos con unas gafas que tenían un cristal en rojo y otro en azul.
Lo dicho, yo me niego a olvidar.