viernes, 11 de febrero de 2011

Una válvula de escape

Suena el teléfono mientras me muerdo las uñas. Sé que no debería hacerlo pero es que es superior a mi. Cuanto más rápido quiero que pase el tiempo, éste más lento va. Y lo noto. Aún así me hago a la idea de que será un día difícil, de esos que no tenían ni que haber empezado.

No andas las cosas de la mejor forma posible y me jode. Sí, me jode. No me toca a mí directamente, pero eso no es óbice para que yo lo sienta como mío. Intento pensar en otras cosas más alegres que me sirvan como válvula de escape.

Para eso están los amigos y como este año hablar de fútbol se ha vuelto casi imposible (a menos que seas de Barça tienes que estar con la cabeza gacha) pues hablo de Carnavales. Entiendo que haya gente que no le guste (lo respeto), pero no entiendo que haya gente que lo odie sin haber escuchado nunca nada de carnaval. Hay quien lo ve como esas mariconas locas que se disfrazan para decir lo que no tienen cojones de decir durante el resto del año. Y yo me pregunto, ¿quién se cree en la verdad absoluta para opinar tan libremente de un carnavalero que sólo lo hace para pasar un buen rato? Señores, para hablar de ciertos temas hay que tener criterio o al menos parecer que se tiene. Porque derrotistas hay en todos lados, pero parece que en Andalucía como en ningún lado. Y me duele escuchar ciertos comentarios en torno al carnaval de gente que ciertamente les sentaría bien un poco de estas fiestas, ya que sus vidas son grises o más bien negras.

Pero ellos sabrán. Yo disfruto con el noble arte de que es capaz de emocionar y hacer reír (lo segundo es más complicado que lo primero) sólo con una buena letra y acompañado por una guitarra, una caja y un bombo. Eso señores, yo lo llamo arte.

La revolución de los felinos




Nací mujer pero con la desgracia
de ser más gaditana que el barrio de la viña
y me gusta cantar en mi comparsa
pero mira que guasa
no ven bien los puristas.
Yo se que mi voz no suena tan grave
como la de los hombres
pero pongo mi empeño
y canto porque me sale del alma
porque yo llevo sangre gaditana
lo mismo que cualquier otro coplero.
Mi voz nace del corazón
mi voz también muere en el mar
y pongo toda mi ilusión
y toda mi pasión cantando Carnaval.
Y cargo con la desgracia
de salir en comparsas
a culpita la tiene la mujer
que me ha parío.
Yo sólo cumplo mi sueño
que era verme muriendo
como mueren los hombres
por mi Cai y por lo mío.
Me gusta cantarle a Cai
y ya no tengo remedio
yo soy mujer y que importa
pa decirle a Cai te quiero
mi mare tiene la culpa
de que sea tan gaditana
gaditana hasta los huesos.

1800 Los Inmortales



Yo me enamoré de ti.
por culpa de los carnavales,
desde entonces no se si vivir
o morirme a raudales.
Pero ya me enamoré
y como con los corazones,
nunca gana razones,
mis razones las voy a perder.
Ya se cual es tu ventana,
por si se abre algún día,
la luz de cada mañana
se meta en tu cama y te de la alegría,
y con las manos vacías,
abras la que yo sabía que fue tu ventana.
Y si pa mí gaditano
algún diíta la abres,
que sepas que yo tu mano
no se la pido a tu padre.
Tu padre tiene la suya,
así que puestos a pedir,
si yo pidiera la tuya
como es tu mano y es tuya,
te la pediría a ti.
Te estoy pidiendo la mano,
dámela por carnavales,
o me chivo a tu padre
y le digo que te amo.
Y que pa colmo de males
salgo en carnavales
y soy gaditano.